Gócese en el Señor todos los días.

La Biblia nos exhorta a que nos regocijemos en el Señor desde Génesis hasta Apocalipsis. Sin embargo, no siempre experimentamos el gozo que viene de él.
Quizás sea que has Dejado de tener relación con Dios. No podemos disfrutar del gozo de Dios si no tenemos una relación personal con él por medio de su Hijo Jesucristo. Es nuestra responsabilidad cultivar una íntima relación con el Señor conociéndole por medio de la lectura de su palabra y la oración. A medida que le vamos conociendo y crecemos espiritualmente, el Espíritu Santo irá produciendo en nosotros su gozo como parte de su fruto en nuestras vidas.
Quizás sea El pecado. Cuando pecamos afecta nuestra relación con Dios. Nuestro enemigo espiritual lo sabe y por eso nos tienta para que pequemos, y si caemos en la tentación nos acusa y nos recrimina para hacernos sentir mal y alejarnos de nuestro Padre celestial. Si caemos en algún pecado, Dios ha provisto el medio de perdonarnos. 1 Juan 1:9 dice que “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” De esta manera nuestra intimidad con él será restablecida.
Pasar tiempo con Dios, conocerlo y escucharlo, aumentará nuestra intimidad con él y llenará de gozo nuestros corazones. Ese gozo nos fortalecerá espiritualmente para enfrentarnos a toda prueba que se presente, así dice Nehemías 8:10: “No os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fuerza.”
La falta de gozo equivale a debilidad espiritual. Cuando estamos tristes, es señal de que estamos débiles espiritualmente y somos víctimas fáciles del enemigo. El gozo que proviene de Dios elimina la tristeza y nos fortalece. Alegrémonos todos los que en que confiamos en Dios y demos voces de júbilo para siempre.
Si estás triste, busca la presencia del Señor junto con tus hermanos en Cristo, los jueves, Servicio de Oración a la 7:00 pm.
Bendiciones,
Dr. Hector M. Aldaz, Pastor
https://cfchispana.com


Comentarios

Entradas populares de este blog