Amémonos de verdad. Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3.18

Nuestro celo por llevar personas a Cristo, no se debe olvidar, tiene que ser, en todo tiempo, y ahora más que nunca. 
El Espíritu Santo usa circunstancias adversas para que reconozcan mas esa necesidad espiritual y es probable que también utilice esas mismas circunstancias para ayudarnos a compartirles sobre el Amor de Cristo.
En una ocasión la hermana Pepita sentía un gran peso por su vecina María, pero no conseguía la oportunidad de acercarse a ella.  En los servicios de oración de la iglesia, siempre pedía por su vecina, y una noche al llegar del servicio de su iglesia, sonó el timbre de su casa, era el esposo de María, estaba desesperado, la esposa María le había quebrado una pierna y el tobillo, y no iba a poder caminar por varios meses, ¿Conocen a alguien que pueda visitarla?, preguntó’, el desesperado esposo.
Entristecida la hermanita, pero, al mismo tiempo, agradecida por la oportunidad. Comenzó a visitarla y ayudarle en la limpieza y a veces en la cocina, pero continuaba orando y pidiendo a la iglesia oración por María y su familia.
Varios meses después, nuestra hermanita de la historia, notó que María estaba leyendo una Biblia, al preguntarle qué era lo que estaba leyendo, le explicó: “Yo quería averiguar cuál es la motivación de los creyentes, así que le pedí a mi esposo que comprara esta Biblia”.  Al poco tiempo empezaron a ir a la iglesia de la hermana Pepita y, después de un tiempo ambos recibieron a Jesucristo como su Salvador.
La pregunta de este día: ¿Siente usted una carga por alguien que necesita al Señor? ¿Usted sigue orando y cuando va al servicio de oración pida por esa persona y muéstrele amor cuando tenga la oportunidad? El Amor es de hecho y en verdad.
La misericordia puede abrir la puerta del corazón de una persona para que sea salva y tenga esperanza como todos nosotros.
Así que, le animo a seguir orando personalmente y colectivamente en el servicio de oración de la iglesia por esa persona que usted desea que también reciba en su corazón a Jesucristo como su Salvador y Señor. 
Bendiciones,
Dr. Hector M. Aldaz, Pastor
https://cfchispana.com

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