Alabe a Dios, y de testimonio de lo grande que EL es, no importa la situación que estes pasando.

En Hechos 16:25-31 nos dice que Pablo y Silas estaban encerrados en un calabozo y encadenados, cantaban himnos a Dios y oraban en alta voz, y todos los presos los oían. Entonces “sobrevino de momento un gran terremoto”, y se abrieron todas las puertas y se soltaron las cadenas que los ataban. Pensando que los presos se habían escapado, el carcelero se iba a matar, pero Pablo le gritó que no lo hiciera, pues todos estaban allí. Entonces el carcelero se acercó a ellos temblando de miedo y les dijo: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” Y ellos le contestaron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” Y aquella misma noche, el carcelero y todos los que estaban en su casa creyeron y fueron salvos. El Espíritu Santo usó el testimonio de Pablo y Silas para tocar el corazón del carcelero, y llevarlo a él y su familia al conocimiento de Jesucristo.
No olvides que en cualquier situación en que te encuentres, ya sea una difícil como la de Pablo y Silas, o una situación rutinaria de la vida diaria, al momento de actuar o tomar una decisión pregúntese siempre ¿qué haría un cristiano en ese momento?, y actúe conforme a la dirección del Espíritu Santo. El poder de Dios se manifestará entonces a través de tu testimonio y el nombre de Jesús será glorificado, amen.
Bendiciones,
Dr. Hector M. Aldaz, Pastor
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